Los imanes tienen cinco propiedades. Su fuerza de atracción es mayor en los polos que en el medio. Polos similares repelen. Los polos opuestos se atraen. El polo sur de una barra imantada suspendida por un hilo se mueve hacia el polo norte. Los imanes atraen objetos hechos de hierro, cobalto y níquel.
Cada imán tiene dos polos: norte y sur. Es dentro de estos dos polos donde se almacenan las propiedades magnéticas. La fuerza de atracción entre los imanes depende de la fuerza del magnetismo que se encuentra en cada polo. Este mismo principio es válido para la repulsión porque los imanes con polos fuertes poseen una fuerza de repulsión más fuerte.