Las cuatro funciones principales de la membrana plasmática incluyen la identificación, la comunicación, la regulación del intercambio de solutos a través de la membrana y el aislamiento del citoplasma del entorno externo. La membrana plasmática es una bicapa de fosfolípidos semipermeable que contiene una cabeza hidrófila y una cola hidrófoba no polar. Contiene enlaces de hidrógeno entre los fosfolípidos que ayudan a mantener unida la membrana plasmática; Las moléculas de colesterol también están incrustadas en la membrana para la fluidez.
La membrana plasmática contiene proteínas de reconocimiento celular, portador, receptor, enzimáticas y celulares que contribuyen a las funciones de la membrana. Las proteínas del canal forman pequeñas aberturas donde ciertas moléculas y solutos se difunden y penetran en la célula. Las proteínas portadoras tienen sitios de unión que se adhieren a ciertos solutos fuera de la célula y los transportan a la célula. Las proteínas receptoras activan un conjunto de respuestas celulares cuando están unidas.
Un ejemplo de una respuesta celular desencadenada por proteínas receptoras es la liberación de hormonas. Las proteínas de reconocimiento celular marcan las células inmunitarias para el reconocimiento y ayudan a identificar varias células propias del cuerpo humano. Las proteínas enzimáticas ayudan a llevar a cabo y regular los procesos metabólicos que ocurren dentro de la célula. La membrana plasmática protege el citoplasma y todos los orgánulos celulares formando una barrera selectiva entre los orgánulos celulares y el ambiente exterior.