Los camarones tienen varios rasgos adaptativos únicos, que incluyen sistemas de osmorregulación altamente eficientes y la capacidad de cambiar de género, ambos les ayudan a sobrevivir en sus entornos. Las adaptaciones del camarón los ayudan a resistir a corto y largo plazo riesgos ambientales y hacerlos adecuados para vivir en hábitats extremos.
Los camarones tienen sistemas de osmorregulación altamente eficientes, que les permiten soportar los niveles de sal en altas concentraciones, hasta 10 veces más que el agua de mar. Los camarones también producen quistes especiales, llamados embriones de gástula, que se arrastran hacia el interior para evitar las sequías y vivir las condiciones ambientales críticas. Estas conchas contienen comida y agua y pueden ayudar a los camarones a vivir por largos períodos de tiempo.