Las habilidades psicomotoras incluyen tareas de coordinación ojo-mano como lanzar una pelota, conducir un automóvil, operar una máquina, tocar un instrumento o escribir. Las habilidades psicomotoras enfatizan la actividad física coordinada con brazos, manos, dedos y pies.
Las habilidades psicomotoras requieren cierto nivel de práctica para adquirir habilidad y no incluyen los reflejos corporales, como los estornudos. El rendimiento de las habilidades psicomotoras se basa en la capacidad de la persona para procesar estímulos sensoriales externos junto con las sensaciones musculares involucradas en la acción.
Las habilidades psicomotoras se pueden dividir en dos tipos: habilidades motoras gruesas y habilidades motoras finas. Las habilidades motoras gruesas describen actividades en las que están involucrados músculos grandes, como lanzar, mientras que las habilidades motoras finas se refieren a acciones que usan solo las manos o los dedos, como escribir.