Los ejemplos de ácidos incluyen vinagre, frutas cítricas, jugo de tomate, café negro, bananas, leche, ácido sulfúrico, ácido de batería y ácido clorhídrico, que es un compuesto digestivo que se encuentra en el estómago. Los ácidos son compuestos iónicos compuestos por iones con carga positiva y negativa que se separan en el agua para formar iones de hidrógeno.
La concentración de iones de hidrógeno en una solución ácida determina su fuerza. Mientras más iones de hidrógeno estén presentes, más fuerte será el ácido. Los ácidos tienen algunas características y comportamientos similares. Por lo general, tienen un sabor agrio y los ácidos fuertes son altamente reactivos con los metales.
La fuerza de un ácido, o su nivel de acidez, se mide utilizando la escala de pH. Este es un método utilizado para determinar la concentración de átomos de hidrógeno en relación con el agua pura. La escala varía de 0 a 14, y cada número representa un cambio de diez veces en la concentración de iones de hidrógeno. El agua pura tiene un pH de 7, lo que significa que no es ni ácida ni básica. Cualquier sustancia que tenga un pH inferior a 7 se considera un ácido. Una sustancia básica es aquella que absorbe los iones de hidrógeno en lugar de perderlos como los ácidos. Cuando una base se disuelve en agua, se llama solución alcalina. Cualquier sustancia con una medición de pH superior a 7 se considera una base.