Tanto el ARN como el ADN son moléculas que contienen la información genética necesaria para la vida. Ambas moléculas están compuestas de nucleótidos, que son estructuras químicas que consisten en un azúcar, un fosfato y una base nitrogenada. Los nucleótidos están unidos por enlaces alternativos de azúcar y fosfato.
Aunque la estructura general de los nucleótidos tanto en el ARN como en el ADN es la misma, hay una diferencia clave. Cada molécula contiene un tipo diferente de azúcar. El azúcar en el ARN es ribosa, mientras que el azúcar en el ADN es desoxirribosa. Los nombres completos de ADN y ARN, ácido desoxirribonucleico y ácido ribonucleico, se derivan de los diferentes tipos de azúcar en cada molécula.
Los enlaces alternos de azúcar y fosfato crean largas cadenas tanto en el ADN como en el ARN. Las moléculas difieren en el número de hebras que forman cada una. El ADN es de doble cadena, con forma de escalera con peldaños entre ambos lados. El ARN es monocatenario.
La función del ADN es el almacenamiento de información genética. El ADN se encuentra en el núcleo y debe permanecer allí. El ARN viaja desde el núcleo a través del citoplasma de la célula hasta el ribosoma. Transporta la información del ADN al ribosoma para que pueda decodificarse para producir proteínas.
La información genética se codifica utilizando los químicos adenina, guanina, timina y citosina en el ADN. El ARN usa los mismos químicos que el ADN para almacenar información genética, con la excepción de la timina. El ARN reemplaza a la timina con un químico llamado uracilo.