Según el Servicio Nacional de Salud, los antibióticos macrólidos son una buena alternativa a la penicilina. Estos tipos de antibióticos son particularmente útiles en el tratamiento de pacientes con infecciones pulmonares o respiratorias. A menudo se prescriben a pacientes con alergias a la penicilina.
La Biblioteca Nacional de Medicina afirma que los antibióticos macrólidos son antibióticos bacteriostáticos de amplio espectro que se dirigen a las bacterias grampositivas. Pueden tratar infecciones bacterianas leves y moderadas. Los cuatro antibióticos macrólidos actualmente aprobados por la FDA incluyen eritromicina, claritromicina, azitromicina y telitromicina. Los cuatro de estos antibióticos macrólidos pueden usarse como alternativa a la penicilina. Cada antibiótico funciona en diferentes tipos de bacterias.