La batalla del Álamo es un símbolo de valentía reconocido hace mucho tiempo frente a unas probabilidades insuperables. Aunque la batalla en sí duró solo 90 minutos, fue la culminación de un asedio de 13 días por parte de Las tropas del general Antonio López de Santa Anna contra los superados habitantes del fuerte. Es el sitio donde murieron algunas de las leyendas más veneradas de Estados Unidos, entre ellas Davy Crockett y Jim Bowie.
La Batalla del Álamo es la batalla más famosa en la lucha por la independencia de Texas. Ubicado en la ciudad capital de San Antonio, muchos consideraron que el fuerte era clave para derrotar al ejército mexicano, y los defensores optaron por quedarse y luchar a pesar de una muerte segura. En el momento del asedio, el comandante de la fortaleza, el coronel David Crockett, estaba gravemente enfermo. Así, la tarea de liderar las tropas recayó en el teniente coronel William Travis, quien envió refuerzos cuando se dio cuenta de que los hombres de Santa Anna giraban alrededor del fuerte el 23 de febrero de 1836. Al octavo día del asedio, 32 hombres de González Texas, acudió en ayuda del Alamo, elevando el número total de tropas en la guarnición a 200. Poco después, el 10 de marzo, el ejército de Santa Anna recibió 1.100 refuerzos y comenzó a planear su asalto final. Según la leyenda, el 10 de marzo, Travis reunió a sus hombres por última vez. Hizo una línea en la arena y le pidió a cualquier hombre que quisiera abandonar el fuerte que lo cruzara. Sólo un hombre, Moses Rose, se fue. Al día siguiente, los hombres de Santa Anna invadieron el fuerte y mataron a todas las tropas restantes.
Ahora, un monumento nacional, el Álamo es venerado como un símbolo de la libertad y la valentía estadounidenses bajo fuego. Estas cualidades se memorizan en la carta final de Travis que pide ayuda a los tejanos vecinos, en la que dice: "Estoy decidido a perecer en la defensa de este lugar, y que mis huesos reprochen a mi país su negligencia". Travis murió antes de aprender que Texas declaró su independencia de México el 2 de marzo de 1836, el noveno día del asedio de Santa Anna.