La respuesta de la Liga de las Naciones a la crisis manchuriana de 1931 fue una resolución de que Japón debería retirarse de Manchuria. Los japoneses ignoraron la resolución y continuaron con su expansión. En 1933, Japón y China firmaron una tregua, pero el área permaneció bajo control japonés.
Los japoneses inicialmente invadieron Manchuria como respuesta al bombardeo de 1931 de un ferrocarril de propiedad japonesa en la ciudad de Mukden. Japón culpó a los nacionalistas chinos por el ataque terrorista. En pocos meses, los japoneses habían conquistado la región y derrotado al ejército chino superado. Japón renombró el área de Manchuko y la declaró un estado autónomo, aunque permaneció bajo el control de los militares japoneses. Se especuló que Japón utilizó el bombardeo como una razón para invadir y controlar la región rica en recursos ya que Japón sufría económicamente de la Gran Depresión.
La Liga de las Naciones debía sancionar económicamente a Japón, pero en cambio, votó para investigar la crisis y pedirle a Japón que se retire. Finalmente, se llegó a una conclusión. Después de que una comisión concluyó que Japón había violado el territorio de China, la delegación japonesa abandonó la Liga y nunca regresó.
Durante la crisis, Estados Unidos, que no era parte de la Liga de las Naciones, se unió a las conversaciones y aconsejó a la Liga aprovechar el Pacto Kellogg-Briand, que fue un acuerdo que hizo que la guerra fuera ilegal. p>