El impacto de la revolución científica fue que los experimentos se hicieron más controlados, mientras que los científicos pudieron descubrir nuevas formas de descubrir si una creencia en particular era cierta. La comunicación involucrada en la era permitió a los científicos colaborar con otros profesionales a través de todas las disciplinas.
Tomaron estas ideas, utilizaron la capacidad mental combinada y las probaron en muchos niveles diferentes para asegurarse de que, de hecho, eran ciertas. La Real Sociedad Británica ayudó con estos esfuerzos reconociendo oficialmente a la ciencia y permitiendo a los científicos un lugar para publicar todos sus hallazgos de cada experimento.
El mayor problema al que se enfrentaron los científicos antes y durante la revolución fue que gran parte del trabajo estaba siendo realizado por un solo científico para muchos temas diferentes. Se dieron cuenta de que esto creaba variables en experimentos y condujo a mayores instancias de resultados defectuosos en experimentos. El comienzo de la revolución científica fue la primera vez que los científicos pudieron reconocer las diferencias en el trabajo científico. Cuando los científicos se dieron cuenta de esto, comenzaron a trabajar juntos y cruzar los límites de la química, la biología y otros estudios científicos. Muchos científicos también incorporaron leyes de otros estudios, como matemáticas y astronomía, para asegurarse de que todos los resultados fueran ciertos cuando se relacionaran con otras aplicaciones.