Si bien hay muchas variables involucradas, la velocidad promedio de la caminata humana es de aproximadamente 3.1 mph. Algunas personas son capaces de exceder las 5 mph sin dejar de caminar, pero la tendencia natural es comenzar a correr a más de 4 mph.
Muchos factores influyen en la velocidad de marcha preferida de una persona, incluida la edad, la condición física, el tipo de cuerpo y el temperamento emocional. Las multitudes y otras barreras naturales también son factores, como lo es el terreno. Las personas tienden a caminar más lentamente cuando suben colinas y más rápidamente cuando descienden. Por definición, caminar implica una marcha en "péndulo invertido", donde el cuerpo se balancea sobre una pierna rígida con cada paso. A diferencia de correr, al menos una pierna siempre está en contacto con el suelo.