El maíz, también conocido como maíz, es importante para la economía debido a su amplia gama de usos. El maíz se utiliza principalmente como alimento para el ganado, lo que sugiere la dependencia de la industria ganadera en la producción de maíz. También se utiliza para crear una variedad de productos alimenticios y no alimenticios, como harina de maíz, edulcorantes, aceite de maíz, almidón y etanol, que se utiliza como una alternativa a la gasolina de combustión más limpia.
El maíz es el cultivo más abundante que se cultiva en los Estados Unidos. América produce el 32 por ciento de la cosecha mundial de maíz, por lo que es el líder mundial en producción de maíz. China es el segundo productor de maíz. La demanda mundial de importaciones de maíz sigue aumentando. Existe una competencia considerable de otros cereales secundarios, como el trigo, que pueden sustituir como alimento para el ganado, dependiendo del suministro disponible.
El éxito y la consiguiente abundancia de maíz en los países de mayor producción pueden atribuirse a la modificación genética de la planta. Se estima que el 86 por ciento de la producción de maíz en los Estados Unidos es genéticamente modificada. El maíz modificado genéticamente es más resistente a los principales contribuyentes de la destrucción de cultivos, como las plagas y enfermedades. Esto a su vez requiere menos necesidad de aplicación de pesticidas y da como resultado una producción de cultivos más eficiente.