El magnesio metálico se quema de color blanco brillante. La luz blanca brillante del magnesio contiene luz ultravioleta que puede causar daño permanente a los ojos, por lo que la combustión no debe verse directamente.
En química, una prueba de llama, en la que los materiales se prenden fuego, a veces se usa para determinar la presencia de ciertos elementos. Cuando el material se calienta lo suficiente, una reacción hace que los electrones salten de su estado fundamental a un orbital de electrones más alto. Cuando se enfrían lo suficiente, los electrones vuelven a un estado fundamental y liberan energía en forma de luz. La luz liberada varía en longitud de onda según el material contenido en la muestra y luego puede compararse con resultados conocidos. La prueba de llama se considera cualitativa, ya que no proporciona ningún dato sobre las proporciones exactas de los elementos y no identifica los elementos que no producen una llama.
El magnesio es altamente inflamable y difícil de apagar con extintores regulares, por lo que se debe usar supervisión adecuada y equipo de seguridad en todo momento mientras el magnesio se está quemando. El magnesio y sus aleaciones pueden alcanzar los 3.100 grados centígrados. El magnesio puro no se encuentra naturalmente en la tierra debido a su alta reactividad. El magnesio desempeña un papel vital en el crecimiento celular de la biología humana y en el crecimiento de las plantas, específicamente en la clorofila.