Cada una de las tres partes básicas del cerebro, el cerebro posterior, el cerebro medio y el cerebro anterior, tienen roles específicos que desempeñar en la función cerebral y corporal. El cerebro anterior se divide en el cerebro izquierdo y el cerebro derecho, y cada lado controla ciertas funciones mentales y físicas.
El cerebro posterior se adhiere a la parte superior de la médula espinal y contiene el cerebelo. Esta parte del cerebro controla las funciones automáticas, como la frecuencia cardíaca y la respiración. El cerebelo ayuda a coordinar el movimiento. Cuando un jugador de béisbol lanza un lanzamiento, es el cerebelo el que mejora la precisión. El cerebro medio se sienta frente al cerebelo y controla las acciones reflejas, el control ocular y las funciones voluntarias.
El cerebro anterior aloja el cerebro. Se extiende desde la frente hasta la base del cráneo y es el centro del proceso de pensamiento. El cerebro contiene recuerdos, ayuda a reconocer a las personas y permite que una persona piense y aprenda. Aquí es donde entra en juego la división del cerebro en dos mitades. El cerebro izquierdo controla el habla y el pensamiento racional, mientras que el cerebro derecho es responsable del razonamiento abstracto y los esfuerzos artísticos.
La información dentro del cerebro y del cerebro al cuerpo es transferida por neuronas o células nerviosas. Estas células especiales tienen dendritas, extensiones similares a ramas que reciben y transmiten mensajes de otras neuronas. Sin neuronas, el cerebro se apagaría. Las víctimas de accidentes cerebrovasculares a menudo sufren daño neuronal, por lo que pueden tener problemas para hablar o caminar.