Aunque es difícil identificar un factor que tenga el mayor efecto sobre la salud y la longevidad, según los Centros para el Control de Enfermedades de EE. UU., la actividad física es uno de los factores más importantes para mantener la salud. Personas quienes son físicamente activos tienden a vivir más y tienen un riesgo menor de padecer muchas enfermedades crónicas, como enfermedades del corazón, diabetes tipo 2, depresión y algunos tipos de cáncer.
La actividad física es beneficiosa para personas de todas las edades y niveles de condición física, destaca el CDC. Por ejemplo, solo 150 minutos por semana de actividad aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos de actividad de alta intensidad ayuda a muchos adultos a mantener un peso saludable. Además, se ha demostrado científicamente que una combinación de ejercicio aeróbico, ejercicio para fortalecer los músculos y ejercicio para fortalecer los huesos disminuye la pérdida de densidad ósea que viene con el avance de la edad. El ejercicio ayuda a aliviar el dolor de la artritis en muchas personas y también disminuye el riesgo de fractura de cadera en adultos mayores. Además, las personas que son moderadamente activas durante al menos 7 horas por semana tienen un 40% menos de probabilidades de morir antes que las que están activas durante 30 minutos por semana o menos.
La actividad física también ofrece beneficios para la salud mental. La Fundación de Salud Mental señala que el ejercicio hace que el cerebro libere sustancias químicas conocidas como endorfinas que son responsables de mejorar el estado de ánimo. Incluso una caminata enérgica de 10 minutos mejora el estado de alerta, la energía y los sentimientos de bienestar. Además, una combinación de 30 a 60 minutos de actividades aeróbicas y de fortalecimiento muscular de tres a cinco veces por semana ayuda a mantener el pensamiento, el juicio y las habilidades de aprendizaje a medida que las personas envejecen, según los CDC.