Para separar el aceite del agua, agregue una solución de sal iónica soluble a la solución. La destilación, que implica hervir y condensar el agua, es otra opción, además de congelar parcialmente la combinación de aceite y agua y desechar de un cuarto a un tercio del agua no congelada.
Cambiar el estado del agua a gas o sólido es un medio para eliminar limpiamente todo el aceite del agua. Hervir la mezcla elimina el agua convirtiéndola en gas. La ebullición afecta al agua y no al aceite porque el aceite tiene una presión de vapor más baja que el agua.
Del mismo modo, la congelación de la mezcla empuja cualquier molécula de aceite fuera del agua cuando las moléculas de agua se unen más estrechamente entre sí, eliminando cualquier espacio para las moléculas de aceite extraviadas. Después de que se haya congelado, el agua congelada se puede separar del aceite aún líquido, que tiene un punto de congelación más bajo.
Para eliminar el agua del aceite, agregue una sal iónica soluble como las sales de Epsom a la mezcla. Agregar la sal al aceite lo hace menos soluble y coagula cualquier molécula de aceite extraviada en la sección de agua, lo que permite una fácil eliminación.
Los derrames de petróleo son un ejemplo de cuándo es necesaria la separación de aceite y agua. Esto típicamente implica la separación a través de sistemas de filtración basados en membrana. Las deficiencias de estos dispositivos incluyen la pérdida de efectividad con el tiempo y la incapacidad de separar todos los tipos de mezclas de agua y aceite. Debido a su naturaleza de bombeo, estos sistemas también consumen mucha energía.