Según Biosciences for Farming in Africa, la reproducción sexual en las plantas ocurre cuando el polen del estambre de una planta alcanza el estigma de una flor. El polen contiene células de esperma mientras que el estigma contiene los huevos correspondientes. Cuando los dos se encuentran, los espermatozoides fertilizan el óvulo, creando una semilla embrionaria que luego germina en una nueva planta.
La polinización es el proceso que mueve el polen del estambre al estigma, y puede ocurrir de varias maneras diferentes.
Algunas plantas son polinizadas por el viento, confiando en las corrientes de aire para diseminar el material genético entre diferentes plantas. Normalmente, estas plantas no tienen flores elaboradas y distribuyen su polen al principio de su ciclo de vida, ya que las hojas completamente maduras podrían bloquear o atrapar parte del polen.
Otras plantas dependen de la polinización del agua, lo que permite que la lluvia, el rocío o los cuerpos de agua transporten el polen a otros miembros de la especie.
Muchas plantas dependen de los polinizadores de insectos para transportar el polen de una planta a otra. Las abejas son uno de los polinizadores más comunes, pero muchos insectos diferentes pueden proporcionar este valioso servicio al reino vegetal. Las plantas que dependen de los polinizadores de insectos a menudo desarrollan flores elaboradas rellenas con néctar de olor dulce para atraer a los insectos y facilitar la reproducción sexual.