Un molino de viento utiliza energía eólica para crear energía de rotación para el uso en molinos, bombas y prensas. En los Países Bajos, donde los molinos de viento se volvieron importantes para las economías locales, se utilizaron para hacer tablas, pintura, aceite, papel y pan.
El bombeo de agua fue el primer uso de los molinos de viento. Dependiendo de la fuerza del viento, los molinos de viento podrían usarse para bombear el agua de los lagos y mantener la tierra seca para la agricultura. También podrían bombear agua a los campos para irrigación o para bombear agua para el ganado. Los molinos de viento también se usaban para moler granos de cereales, como el trigo o el maíz. Los agricultores llevaban sus granos a un molino y trituraban sus cultivos, dejando algunos de sus cultivos como pago por el uso del molino de viento.
Debido a que el uso de los molinos de viento no depende de los costos de energía, el viento es libre y abundante, después de todo, se hizo popular en muchos países para uso agrícola. En los tiempos modernos, se han utilizado pequeños molinos de viento para airear los estanques a fin de controlar la cantidad de algas producidas en el agua. También pueden usarse para generar electricidad en áreas que no tienen acceso a la red eléctrica. Son más silenciosos y limpios que los generadores de electricidad que queman combustible y cuestan menos de mantenimiento, y necesitan poco más que ser aceitados a intervalos regulares.