Los países que no usan el sistema métrico usan unidades imperiales, un sistema heredado basado en mediciones antiguas. Pies, millas, galones, cuartos de galón, libras y onzas son parte del sistema imperial. Este sistema provino del utilizado en Gran Bretaña, estandarizado por la Ley de Pesos y Medidas de 1824.
El principal inconveniente del sistema imperial es la dificultad de convertir unidades. Por ejemplo, convertir pulgadas a pies requiere dividir un número entre 12, mientras que convertir centímetros a metros simplemente requiere un cambio de punto decimal de dos lugares.
La mayoría de los países han adoptado el sistema métrico para la mayoría de las mediciones. Los únicos países que aún dependen del sistema imperial son Estados Unidos, Myanmar y Liberia.