La difusión cultural se produce a través de mecanismos que incluyen la migración humana, los matrimonios interculturales o el intercambio cultural a través de cartas, libros o medios electrónicos. Es un fenómeno en el que conceptos, ideas o tecnologías culturales específicas se propagan de una cultura a otra. Todos los mecanismos empleados por la difusión cultural se clasifican en tres tipos: directo, forzado e indirecto.
La difusión cultural directa se produce cuando dos culturas distintas se unen entre sí. A través del contacto y la interacción, incluidos el comercio, los eventos sociales, los matrimonios o la guerra, los intereses y los conceptos culturales de una cultura se mezclan con la otra.
La difusión cultural forzada ocurre cuando una cultura dominante impone sus costumbres y conceptos a la cultura derrotada a través de la conquista. Un ejemplo de difusión forzada es la cristianización de la población nativa en las Américas por parte de los invasores y migrantes europeos en los siglos XVI y XVII. El etnocentrismo y la creencia en la superioridad de la propia cultura de un grupo se encuentran en el centro de la difusión forzada. Las culturas utilizan estas creencias para justificar la imposición de normas culturales.
La difusión cultural indirecta ocurre entre dos culturas que no comparten contacto directo sino que interactúan a través de un intermediario, incluida una población específica o incluso una cultura completa. Un ejemplo de difusión indirecta es la presencia y popularidad de la cocina italiana en los Estados Unidos. Los medios de comunicación e Internet sirven como intermediarios culturales a través de su presencia y popularidad global.