Los cationes se forman cuando los átomos de metal pierden electrones y crean partículas cargadas positivamente. Los aniones, lo opuesto a los cationes, aparecen cuando los átomos no metálicos ganan electrones y forman cargas negativas. El sitio web de referencia de For Dummies indica que los iones metálicos y no metálicos se combinan para formar compuestos iónicos, como el cloruro de sodio, que se conoce comúnmente como sal de mesa.
Los cationes pierden uno, dos o tres electrones para desarrollar hasta una carga de más de tres. Los elementos comunes que forman una carga más uno incluyen litio, potasio y sodio. Los átomos prevalentes que pierden dos electrones consisten en magnesio, calcio, zinc y estaño. Los átomos más grandes que dejan caer tres electrones incluyen aluminio, hierro, cromo y estroncio. Sustancias similares organizadas en la tabla periódica se comportan de manera similar para formar varios iones positivos y perder o ganar la misma cantidad de electrones.
Los cationes son vitales para la formación de moléculas más grandes que se encuentran en toda la tierra. El cloruro de sodio se produce combinando el catión sodio (Na) más el cloro aniónico (Cl) para formar sal de mesa (NaCl). El fluoruro de sodio (NaF) se agrega comúnmente al agua potable urbana. Muchos de estos compuestos iónicos ocurren naturalmente en la Tierra y son vitales para la vida en el planeta.
Durante la electrólisis, un catión es atraído hacia el cátodo o terminal positivo. La electrólisis es el proceso mediante el cual los cationes y los aniones se separan en condiciones de laboratorio para producir elementos puros a partir de moléculas iónicas.