Las formas terrestres están formadas por movimientos de la tierra, como terremotos, meteorización, erosiones y depósitos. Muchos accidentes geográficos son creados por más de uno de estos procesos. Estos se llaman formas de relieve poligenéticos.
Las formas terrestres estructurales se crean a través de la tectónica de placas. Cuando la Tierra se desplaza, pueden aparecer accidentes geográficos, como montañas de plegamiento, volcanes y valles de la grieta. Los volcanes son un ejemplo de una forma de relieve que puede producir otras formas de relieve, como cráteres, calderas y cúpulas de lava.
Las formas terrestres también pueden ocurrir a través del proceso de meteorización, que es el proceso por el cual los sedimentos y las rocas se descomponen en el suelo o los granos, como la arena. Las formas terrestres de piedra caliza y las formas terrestres periglaciales son dos ejemplos de formas terrestres meteorológicas.
Las formas terrestres de erosión, como los valles de los ríos y los acantilados costeros, se forman cuando fuerzas como el viento y el agua desgastan las superficies. La erosión a menudo toma una cantidad significativa de tiempo, pero sus efectos se miden fácilmente al examinar la evidencia geológica, como las capas de roca.
Las formas terrestres de depósito se forman cuando los minerales y otras sustancias se depositan a lo largo del tiempo. En algunos casos, estas formas terrestres se convierten en rocas sedimentarias después de que los depósitos son alterados por fuerzas tales como sustancias químicas, calor y presión. Entre los ejemplos de accidentes geográficos de depósito se incluyen los deltas, las llanuras aluviales y las playas.