Una célula nerviosa tiene varias adaptaciones que le permiten realizar las funciones necesarias, como su vaina de mielina, proyecciones y divisiones, y su longitud extremadamente larga. Las células nerviosas también se conocen como neuronas. Hay miles de millones de células nerviosas dentro del cuerpo humano.
Hay tres tipos de neuronas: sensoriales, motoras y de relé. Las proyecciones de las membranas celulares se llaman dendrones, que tienen extensiones sobresalientes aún más pequeñas conocidas como dendritas. Las dendritas entre células nerviosas se superponen, transmitiendo señales y comunicación de neurona a neurona en lugares conocidos como sinapsis.
Algunas neuronas tienen una dendrita conocida como un axón. Esta dendrita es la proyección más larga de la célula y ocasionalmente tiene una vaina de mielina. Esta vaina rodea al axón con células que contienen un químico graso conocido como mielina para protegerlo y acelerar los impulsos que viajan a través de los nervios. La vaina de mielina es comparable a la cubierta de plástico de un cable eléctrico.
Los receptores son células nerviosas especialmente adaptadas que responden a ciertos estímulos. Los receptores nerviosos dentro del ojo, por ejemplo, responden a estímulos de luz. Los receptores nerviosos dentro del oído están adaptados para responder a estímulos de audio, mientras que los receptores nerviosos en la piel responden a estímulos táctiles. Los reflejos son respuestas automáticas al estímulo que no requieren que el sistema nervioso se comunique con el cerebro antes de que se realicen. Los reflejos protegen al cuerpo de cualquier daño.