Reducir drásticamente la cantidad de oxígeno que viaja al cerebro podría ocasionar que una persona pierda el conocimiento temporalmente. Aunque es increíblemente peligroso, es posible auto-inducir la inconsciencia ya sea reduciendo la ingesta de oxígeno a través de los pulmones o haciendo que la presión arterial disminuya.
La hiperventilación, caracterizada por una respiración rápida y superficial, es la forma más común en que las personas que no tienen afecciones médicas preexistentes pierden el conocimiento. El aire entra y sale de los pulmones a un ritmo mucho más rápido, altera el equilibrio entre el dióxido de carbono y el oxígeno en la sangre y, finalmente, produce una pérdida de la conciencia. Alternativamente, la deshidratación es otra forma posible de perder el conocimiento. Esto se debe a que sin una hidratación adecuada, la presión sanguínea cae en picado y no hay suficiente oxígeno para alcanzar el cerebro.