Los peces necesitan oxígeno para sobrevivir al igual que otros animales, pero lo filtran del agua utilizando órganos especializados llamados branquias. Un pez extrae agua rica en oxígeno y la pasa a través de sus branquias. Los órganos absorben el oxígeno del agua y lo transportan al torrente sanguíneo del pez para que lo utilicen sus órganos.
Las branquias están formadas por muchos filamentos pequeños que contienen capilares, que le dan a los órganos una gran cantidad de superficie. Esto es necesario debido al menor contenido de oxígeno en el agua en comparación con el aire atmosférico. Cualquier volumen dado de aire contiene más de 25 veces más oxígeno que el mismo volumen de agua dulce. Cuando un pez nada, crea una corriente constante de agua sobre sus branquias, lo que le permite extraer la mayor cantidad de oxígeno posible. Algunos peces tienen la capacidad de crear esta corriente de agua a presión utilizando sus órganos internos, mientras que otros deben permanecer constantemente en movimiento para extraer suficiente agua a través de sus branquias para sobrevivir.
No todas las especies de peces dependen de las branquias para obtener oxígeno. Algunos peces tienen estructuras pulmonares rudimentarias o absorben oxígeno a través de su piel. Estos deben emerger ocasionalmente para tomar parte del aire rico en oxígeno en lugar de filtrarlo del agua que los rodea.