Una persona puede convertirse o ser considerada un "mutante" cuando las variaciones genéticas en el ADN son prominentes y resultan en una representación física de su condición. La mayoría de los humanos actualmente exhiben algunas variaciones genéticas que serían consideradas una mutación, aunque la mayoría no son perceptibles.
Un pequeño porcentaje de personas muestra habilidades físicas o mentales que pueden atribuirse a la mutación genética. Las mutaciones genéticas que son altamente evidentes se observan en individuos que exhiben habilidades como fuerza superior al promedio, crecimiento excesivo de vello corporal similar a la piel o sentidos superiores. Una mutación puede verse como un escalón en la evolución de una especie cuando la mutación se vuelve predominante dentro de la especie.