Las frutas contienen ácidos que actúan como puentes salinos para conducir electricidad. La electricidad se realiza mediante la transferencia de electrones en una cadena de un punto a otro para producir corriente. Los ácidos que se encuentran en las frutas y verduras, como el ácido cítrico en los cítricos, ayudan a facilitar esta transferencia de electrones.
El estudio de la electricidad y la química se conoce como electroquímica e incluye la conducción y producción eléctrica. La reacción específica que se produce en la fruta que le permite conducir electricidad es una reacción de oxidación-reducción, también conocida como reacción redox. En las reacciones redox, los electrones se transfieren de un compuesto a otro. Cuando este proceso se repite en una serie de cadenas, se produce electricidad.
Los dos tipos de células que pueden facilitar las reacciones redox electroquímicas son las células galvánicas y las células electrolíticas. Las células galvánicas son espontáneas y se utilizan como baterías, mientras que las células electrolíticas no son espontáneas y requieren electricidad para iniciar la reacción redox. Ambos tipos de células tienen dos electrodos de carga opuesta conocidos como el cátodo y el ánodo que facilitan las reacciones de oxidación y reducción de manera independiente.
El experimento de la batería de fruta que demuestra la conductividad eléctrica de la fruta es simular una celda galvánica. Al igual que cualquier celda galvánica, se requieren dos electrodos de metal galvánico y un cableado conductor conectado entre los dos puntos para producir una corriente eléctrica.