Un bloqueo de canal conecta dos cuerpos de agua en diferentes elevaciones creando una especie de elevador de agua. El agua dentro de la cerradura puede elevarse y bajarse independientemente, lo que permite a los barcos realizar la transición entre elevaciones sin el peligro de viajar por los rápidos o la dificultad de ir cuesta arriba.
Para elevar un barco, el agua en la esclusa se baja para que coincida con el agua en el canal inferior. El barco se mueve desde el canal hacia la esclusa, donde un conjunto de puertas lo sella del canal inferior. Las compuertas de esclusa en el otro extremo de la cerradura se abren, permitiendo que el agua fluya hacia abajo desde arriba y elevando el nivel del agua. Cuando los niveles de agua se igualan, las puertas en el otro extremo se abren, lo que permite que el barco se mueva hacia el canal superior. El proceso se invierte simplemente para los barcos que viajan a un canal inferior.
Los canales son vitales para permitir que las vías fluviales sigan el terreno en lugar de tener que atravesarlo. El Canal de Panamá tiene tres juegos de esclusas, que requieren que un barco se levante tres veces y se baje tres veces para hacer el viaje de un océano a otro. El canal Erie, por otro lado, tiene 57 esclusas que elevan a los barcos un total de 566 pies desde un extremo del canal al otro.