El agua corriente produce electricidad al girar turbinas que activan generadores de energía masivos. Este proceso implica la conversión de energía potencial en energía cinética, que a su vez se transforma en energía mecánica y finalmente en energía eléctrica.
El agua contiene dos formas básicas de energía: potencial y cinética. La energía potencial pertenece a la energía almacenada, mientras que la energía cinética es la energía del movimiento. Las plantas hidroeléctricas generalmente se construyen utilizando diques para almacenar agua en embalses. Una vez que se libera el agua, su energía potencial se convierte en energía cinética.
Las turbinas en las instalaciones hidroeléctricas se colocan de tal manera que el agua que fluye rápidamente pasa directamente a través de ellas. La tremenda fuerza mecánica que el agua corriente ejerce sobre las cuchillas dispara los generadores de energía, que están asegurados a las turbinas. Estas máquinas transforman la energía mecánica en electricidad.