Una aguja de la brújula está hecha de material magnetizado y apunta hacia el polo magnético norte de la Tierra, sin importar en qué dirección esté la brújula. Por lo tanto, es una excelente herramienta de baja tecnología con la que encontrar dirección. La Tierra tiene un poderoso campo magnético que emana del eje de rotación. Los imanes se crean a partir de materiales cuyos electrones apuntan en la misma dirección y se sienten atraídos por una carga opuesta.
Se cree que el campo magnético de la Tierra se genera principalmente por la rotación del núcleo externo de hierro líquido alrededor del núcleo interno de hierro sólido que produce el llamado "efecto dinamo". Cualquier material magnético que gira lo suficientemente rápido para su tamaño comienza a producir una corriente eléctrica. Debido a que la electricidad y el magnetismo están vinculados, la corriente produce un campo giratorio. Además, la fricción libera los electrones y les permite fluir en una corriente giratoria.
El campo magnético que rodea a la Tierra está inclinado aproximadamente 11 grados desde el eje de rotación, por lo que una brújula no siempre puede apuntar de manera confiable al norte verdadero. Además, el campo invierte la polaridad periódicamente. Una teoría popular afirmó que los polos magnéticos debían cambiar en 2012, lo que causó un caos masivo en la electrónica, las comunicaciones y otros dispositivos tecnológicos. Este fenómeno, sin embargo, no ocurrió.