El cuidado básico de los caballos incluye alimentar al caballo y mantener agua fresca para que beba el caballo. Proporcione refugio para el caballo y mantas cuando el clima se torne peligroso, y revise el caballo para ver si tiene moretones, cortes y rasguños a diario, y trate las lesiones que surjan. Para los caballos de establo, limpie el puesto diariamente y proporcione ropa de cama limpia.
Permita que el caballo pasta en el pasto y coma heno o alimento de buena calidad cuando lo desee. Un caballo puede comer hasta el 4 por ciento de su peso corporal en alimento o heno cada día. Mantenga el agua fresca y limpia disponible para el caballo durante todo el día para que pueda pastar como se desee y asegúrese de que el agua no se congele en el invierno.
El caballo debe tener espacio para moverse y hacer ejercicio para evitar el deterioro físico y los problemas de comportamiento. Cuando estabilice a un caballo, mantenga el establo limpio, limpiándolo todos los días, quitando la ropa de cama mojada o manchada y reemplazándola con ropa de cama fresca y limpia. Rocíe el establo con agua para lavar la orina o use un desinfectante estable.
Los caballos también necesitan desparasitación y vacunaciones con regularidad para protegerse contra enfermedades como la influenza y la encefalomielitis. Además, los cascos de los caballos requieren recortes cada ocho semanas aproximadamente, y sus dientes requieren que un veterinario los revise cada seis meses para evitar problemas dentales.