Anna Baldwin desarrolló una máquina de ordeño de succión temprana que allanó el camino para una revolución en las prácticas lecheras. Aunque su invención era importante, las máquinas de ordeño industrial contemporáneas difieren del diseño de Baldwin.
En 1878, una mujer de Nueva Jersey llamada Anna Baldwin desarrolló una máquina de ordeño por succión que hizo posible que los productores de leche extrajeran la leche de sus vacas con un método más eficiente que el ordeño manual. Baldwin patentó su máquina, pero la mayor parte de la gloria en esta área está dirigida a Carl Gustav de Leval, un inventor sueco que desarrolló la primera máquina de ordeño para obtener un gran éxito comercial, allanando el camino para la lechería industrializada contemporánea. La fama de Baldwin se relaciona en gran medida con la naturaleza pionera de su invención más que con su éxito, aunque su logro es impresionante y es parte del espíritu de la Revolución Industrial.