Thomas Waymouth inventó una máquina para fabricar sobres autoadhesivos a fines de la década de 1860, según el National Postal Museum. Un par de hermanos, Daniel y Henry Swift, más tarde inventaron una máquina para automatizar la fabricación de sobres auto-engomados, lo que permite una producción más rápida.
Los sobres no se usaban con frecuencia en los primeros días del correo de Estados Unidos porque los remitentes pagaban por cada papel que enviaban. La mayoría de los individuos sellaban letras doblando y agregando un sello de cera. En la década de 1840, la reforma postal estandarizó el costo del envío, aplicando una tarifa plana basada en la distancia y el peso. Este cambio inspiró a los remitentes a utilizar sobres porque estaban incluidos en el precio del envío, y varias compañías comenzaron a fabricar sobres para satisfacer la demanda.