El proceso de curación de una fractura ósea comienza inmediatamente cuando los vasos sanguíneos cortados en el hueso forman un hematoma de fractura, un tipo de coágulo de sangre, dice HowStuffWorks. Esto mantiene el hueso estable y alinea los bordes dañados para que puedan repararse lo mejor posible.
El hematoma por fractura también detiene el flujo de sangre a los extremos rotos del hueso y hace que mueran, dice HowStuffWorks. La inflamación y la hinchazón se acumulan, y el cuerpo extrae el tejido muerto mientras que los capilares crecen hacia el hematoma de fractura.
En unos pocos días, el hematoma de fractura se endurece y forma un callo blando, dice HowStuffWorks. Los fibroblastos comienzan a producir colágeno, un tipo de proteína que se encuentra en el tejido conectivo y el hueso. Después de esto, los condroblastos producen fibrocartílago, que convierte el callo blando en un callo fibrocartilaginoso más resistente, que conecta las dos piezas de hueso. Este callo vive durante aproximadamente tres semanas hasta que es reemplazado por el callo óseo, que es creado por células llamadas osteoblastos. El callo óseo dura tres o cuatro meses y estabiliza aún más el hueso roto.
Después de esta etapa, el cuerpo establece la posición del hueso dentro de la carne, hace un callo duro entre las dos piezas y limpia cualquier trozo de hueso muerto, dice HowStuffWorks. Aún así, es unos meses antes de que el hueso esté realmente curado. La etapa final de la curación se realiza en gran medida por los osteoblastos y los osteoclastos.