Comer demasiados alimentos causa impactos negativos a largo plazo para la salud en general, incluida la obesidad y un mayor riesgo de enfermedades relacionadas con la obesidad, como la diabetes y las enfermedades cardíacas, según la Clínica Mayo. Comer en exceso también conduce ganancia de peso y un aumento en el índice de masa corporal (IMC).
La Clínica Mayo describe a una persona que tiene un IMC de más del 30% como obesa. La obesidad puede causar complicaciones de salud graves, como colesterol alto, presión arterial alta, diabetes, ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. La obesidad también puede conducir a un mayor riesgo de cáncer de los órganos reproductivos, los senos, el recto, el hígado y la vesícula biliar. El exceso de peso comúnmente causa dificultad para respirar y apnea del sueño. Según Everyday Health, el peso excesivo y un IMC de 30 o más también aumenta el riesgo de artritis reumatoide y ejerce una presión adicional sobre las articulaciones artríticas.
Además de los numerosos impactos negativos para la salud, la sobrealimentación y la obesidad asociada suelen tener consecuencias negativas para el bienestar mental y emocional. El exceso de grasa corporal limita la movilidad y la salud cardiovascular, lo que dificulta la participación en la actividad física regular. Las personas que sufren de obesidad pueden sentirse aisladas socialmente, lo que puede provocar depresión, sentimientos de vergüenza y una calidad de vida en general disminuida. La mala imagen corporal puede agravar los sentimientos de vergüenza y aislamiento, perpetuando aún más los impactos negativos en la salud mental y emocional. La salud mental también puede verse afectada por otros síntomas de obesidad, como la salud sexual y los problemas de rendimiento, lo que lleva a sentimientos de baja autoestima e insuficiencia sexual.