Los imanes naturales son minerales o metales que generan un campo magnético estable sin inducción artificial. Son diferentes de los imanes artificiales, que son fabricados por humanos. Todos los imanes naturales son permanentes, aunque los imanes artificiales pueden ser permanentes o temporales.
Muchos minerales que se encuentran en la naturaleza son naturalmente magnéticos. Toda la materia normal está ligeramente cargada negativamente en su superficie como resultado de la presencia de electrones. Cuando estos electrones se mueven caóticamente, el resultado es que su carga negativa leve se extiende y no muestra una dirección clara. Tal campo es muy débil y no genera una atracción magnética detectable.
Algunos minerales, como la piedra imán, organizan el flujo de electrones de una manera más ordenada. A medida que los electrones fluyen en una dirección general, generan un campo magnético. Cuanto mayor sea la proporción de electrones que fluyen en una dirección uniforme, más fuerte será el campo magnético.
Lodestone es uno de los imanes naturales más eficientes. Es un mineral negro que es rico en magnetita. La magnetita es rica en hierro oxidado, y el hierro generalmente permite el libre flujo de electrones a través de él. Esto hace de la magnetita un imán tan poderoso que en algunos animales, como las palomas, se incorpora a sus cerebros como ayuda para detectar el campo magnético de la tierra.