Los seres vivos responden a su entorno al adaptarse a él. Los organismos reaccionan a diferentes cosas en su entorno, como la luz.
Otros factores ambientales incluyen cosas básicas como el calor, la comida, los olores y el sonido. Cuando estos factores ambientales afectan o cambian un organismo, se denominan estímulos. A medida que los organismos aprenden a adaptarse a los estímulos que los rodean, se vuelven más adecuados para vivir en el entorno específico. Por ejemplo, los camellos tienen pestañas largas y gruesas. Las pestañas trabajan para proteger sus ojos de la arena ya que viven en condiciones ambientales de arena.
Los seres vivos también aprenden cómo obtener energía del medio ambiente, y esta energía les ayuda a reproducirse. La capacidad de reproducirse es una característica de todos los seres vivos del mundo.
