Las rocas metamórficas no foliadas son rocas que se han cambiado por el calor y la presión en rocas con una apariencia sin capas o bandas. Algunos ejemplos de rocas metamórficas no foliadas incluyen cuarcita, mármol, anfibolita y hornfels.
Las rocas metamórficas tanto foliadas como no foliadas se forman en lo profundo de la superficie de la tierra durante millones de años por la combinación de calor, presión y procesos químicos. La cantidad de calor y presión determina el estado final de las rocas metamórficas, al igual que sus contenidos minerales específicos.
En términos generales, las rocas metamórficas no foliadas se crearon a temperaturas extremadamente altas y muy bajas, incluso cantidades de presión. Estas rocas normalmente se enfriaron muy lentamente, lo que permite que los minerales que se encuentran dentro de ellas formen cristales grandes y uniformes que están muy compactos.
Los diferentes tipos de rocas y minerales pueden formar rocas metamórficas no foliadas. La cuarcita está hecha de arenisca metamorfoseada, mientras que el mármol se forma a partir de piedra caliza que fue metamorfoseada. Hornfels no tiene una composición específica, mientras que las anfibolitas se forman a partir de hornblenda y plagioclasa.
Aunque las rocas no foliadas pueden tener pequeñas bandas de diferentes colores, los cristales que las forman generalmente no tienen una organización visible. Por otro lado, las rocas metamórficas foliadas tienen bandas de capas muy obvias que se formaron como resultado de un enfriamiento más rápido o una presión más alta. Algunos ejemplos de rocas metamórficas foliadas incluyen gneis, esquisto, pizarra y esteatita.