Las rocas sedimentarias se caracterizan por su formación a partir de la deposición y litificación del material rocoso. Se pueden formar a través de procesos físicos y químicos, como la intemperie mecánica, la compactación y la disolución del material rocoso. p>
Las rocas sedimentarias pueden formarse a través de un proceso llamado litificación, que es la acumulación y compactación de materiales sedimentarios en rocas sólidas. El transporte a través de sistemas de agua como los ríos y océanos puede hacer que la arcilla, el cieno y otros materiales sedimentarios se acumulen y formen rocas como la piedra arenisca y el esquisto. Estas rocas suelen tener bordes lisos y redondeados debido a la erosión por el movimiento constante bajo el agua.
Las rocas sedimentarias pueden formarse a través de la disolución química y el reformado de los materiales en las rocas. Las fuentes de agua que tienen una tasa de evaporación más alta que la precipitación pueden facilitar la acumulación de material sedimentario, creando un ambiente en el que la formación de nuevas rocas se hace posible. La meteorización química puede hacer que materiales como el carbonato de calcio se acumulen y formen nuevas rocas, como la piedra caliza. El carbonato de calcio está compuesto de material orgánico, como conchas y corales, que se han destruido y dispersado en fuentes de agua y se han dejado sedimentar. Las propiedades químicas de estas rocas pueden modificarse para formar nuevas rocas, como la dolomita, que es el resultado de la piedra caliza expuesta al agua que contiene magnesio.