La diferencia más visible entre los árboles es la corteza. Los árboles de álamo temblón tienen una corteza suave y blanca, mientras que la corteza de abedul puede ser gris, grisáceo-blanco, rojo o negro. Además, las marcas horizontales dañan la superficie de los abedules, mientras que los álamos típicamente solo muestran nudos o cicatrices, como lo señalan las Guías de jardines.
Otra gran diferencia entre los árboles está en las hojas. Los abedules tienen hojas ásperas en ambos lados. Las hojas de los árboles de álamo se redondean con bultos lisos a lo largo de los bordes. Ambos cambian de colores brillantes durante los meses de otoño.
Los abedules forman brotes en la primavera y florecen por completo a mediados del verano, mientras que los árboles del álamo brotan y florecen más tarde, alcanzando la plena floración a finales de año.
Finalmente, mientras el álamo crece bien en las temperaturas más moderadas y requiere luz solar plena, el abedul crece bien en sombra parcial y es capaz de soportar climas más severos con una dificultad significativamente menor.