Un hábitat es el entorno natural de una planta, animal u otro organismo. Cada ser vivo tiene su propio hábitat.
Un hábitat debe tener todo lo que un ser vivo necesita para crecer y prosperar. En general, hay cinco cosas diferentes que debe tener un hábitat: agua, comida, refugio, aire y un lugar para criar o reproducirse.
Los hábitats pueden variar mucho en tamaño. Los animales grandes como los leones y los tigres tienen hábitats que pueden extenderse por kilómetros, mientras que los hábitats de animales pequeños no se extienden muy lejos en ninguna dirección.
Una comunidad es un grupo de plantas y animales que comparten el mismo hábitat. Las plantas y los animales aprenden a trabajar juntos para sacar lo mejor de un hábitat específico y cada animal tiene su propio nicho. Un nicho es una pequeña parte de un hábitat que está ocupado por una sola planta o animal. Los nichos se combinan para formar hábitats y los hábitats se combinan para formar ecosistemas. Cada planta y animal juega un papel importante en un ecosistema.
Un hábitat crítico es aquel que está protegido por un gobierno. Contiene una o más plantas y animales en peligro de extinción, y está estrictamente prohibido cazar o acosar a una planta o animal en un hábitat crítico. Una vez que la especie protegida ha aumentado su número, el hábitat ya no necesita protección.