El cartílago destrozado es un cartílago que se rompe en fragmentos, como cuando se perforan las orejas. Un impacto alto también puede romper el cartílago. El cartílago articular roto puede causar sangrado arterial así como también pedazos de cartílago rotos.
Cuando el cartílago articular se rompe, el área se vuelve cálida, inflamada, sensible, dolorosa y dolorosa. La rigidez y la disminución del rango de movimiento pueden seguir a medida que avanza el daño. En casos severos, los pedazos de cartílago rotos pueden bloquear las articulaciones y provocar sangrado en la articulación. El daño del cartílago articular ocurre principalmente en la rodilla, pero también puede afectar la articulación del codo, la muñeca, el tobillo, el hombro y la cadera.
Los golpes directos, como los de una mala caída o un accidente automovilístico, pueden causar graves daños al cartílago. Las personas involucradas en deportes de alto impacto, como las artes marciales, el fútbol o la lucha libre corren un mayor riesgo. El estrés sostenido en una articulación durante un período prolongado también puede dañar el cartílago. Las personas obesas son más propensas al daño por desgaste que las personas de peso normal. La osteoartritis es el resultado de la inflamación, la descomposición y la pérdida gradual del cartílago articular.
En comparación con otros tejidos corporales, el cartílago dañado tarda mucho más en curarse. Esto se debe a que las células sanguíneas ayudan a reparar el daño tisular por difusión y el cartílago no tiene un suministro de sangre.
Aunque un diagnóstico de daño del cartílago articular puede ser devastador, las pruebas no invasivas modernas simplifican la tarea de diagnóstico. Las imágenes de resonancia magnética utilizan un campo magnético y ondas de radio para crear imágenes detalladas del cuerpo que pueden mostrar el daño del cartílago. Cuando no se puede ver el daño, se inserta un artroscopio en una articulación para inspeccionar y diagnosticar el problema.