Los cangrejos ermitaños pueden abandonar sus conchas por una variedad de razones. Conchas incómodas, temperaturas altas o bajas y niveles de humedad, estrés y muda son las explicaciones más comunes.
Las conchas agrietadas o sucias, o aquellas con escombros sueltos, como la arena, pueden hacer que el cangrejo ermitaño deje su caparazón debido a la picazón o irritación. También se sabe que los cangrejos se niegan a volver a caer en conchas que han superado. Los niveles de humedad por debajo del 70 por ciento o por encima del 80 por ciento pueden hacer que los cangrejos estresados desalojen sus conchas, así como a temperaturas por debajo de 75 grados o por encima de 85 grados. Aunque es inusual, algunos salen de su caparazón para mudar de vez en cuando.