Las adaptaciones de águila incluyen vista aguda, pies especialmente diseñados, picos afilados y alas grandes. Un águila tiene una vista especialmente aguda que le permite encontrar presas corriendo por el suelo.
Los ojos de un águila están especialmente adaptados para la caza. No solo tiene una excelente visión, sino que sus ojos están ensombrecidos por una cresta ósea que evita que el sol los mire.
Los pies de un águila también están muy adaptados con garras afiladas y espículas. La parte inferior de los pies de un águila tiene pequeñas protuberancias o espículas, que aumentan la tracción para que puedan aferrarse a la presa que lucha. Las garras afiladas ayudan al águila a agarrar presas mientras cazan y desgarran la carne durante la alimentación.
Parte de las adaptaciones del águila incluye su pico, que también es importante para la alimentación. El pico se estrecha hacia un punto afilado y en forma de gancho que lo ayuda a desgarrar la carne de su presa. Una adaptación radica en el sistema digestivo. Cuando el águila se traga una presa pequeña entera, más tarde regurgita las partes del animal que no puede digerir, como los huesos.
El águila está bien adaptada para volar debido a su gran envergadura. Sus alas atrapan las corrientes de aire, y el águila vuela por el aire mientras busca una presa. Este aumento evita que el águila desperdicie energía al batir repetidamente sus alas.