A partir de abril de 2012, se extrajo tejido del corazón, hígado, músculo y médula ósea de un tigre de Tasmania de 6 meses de edad, o tilacino, que se conservó en alcohol desde 1866. En 2013, científicos australianos extrajeron con éxito intacto genes de su espécimen. El científico principal del Proyecto Lazarus, el profesor Mike Archer, estimó que demoraría entre 10 y 15 años en clonar un tilacino.
A partir de 2014, la misión de Archer es reconstruir todo el código genético de la tilacina con muy pocos ejemplares a los que recurrir. El último tilacino en cautiverio murió en 1936. Además del espécimen en la colección del museo de la universidad de Archer, solo existen dos ejemplos: un esqueleto en Heidelberg, Alemania, y un espécimen montado en Zurich, Suiza.
Otros científicos sugieren que la población de tigres de Tasmania puede haber sufrido más que la destrucción del hábitat y la caza. La investigación revela que los tilacinos pueden haber tenido una diversidad genética aún más pobre que la de sus parientes, los demonios de Tasmania debido al aislamiento geográfico de Tasmania hace 10.000 a 13.000 años. A pesar de su nombre, los tilacinos eran en realidad marsupiales como perros; consiguieron su nombre "tigre de Tasmania" debido a sus abrigos a rayas. Eran únicos a Australia y Tasmania. Destinados como asesinos de ganado por los colonos blancos en 1888, los tilacinos fueron cazados hasta la extinción.