La enfermedad renal en etapa terminal, o ESRD, se desarrolla cuando la insuficiencia renal es tan grave que los órganos ya no pueden realizar funciones esenciales para la vida diaria, como filtrar los desechos de la sangre y regular la micción, afirma Healthline. /strong> Los médicos diagnostican esta etapa cuando la función renal saludable se reduce a menos del 10 por ciento de eficiencia. Los pacientes suelen necesitar un trasplante de riñón o un tratamiento de hemodiálisis, que requiere una máquina para asumir las funciones de los riñones.
La enfermedad renal crónica a menudo se desarrolla progresivamente en un período de 10 a 20 años antes de que ocurra la ESRD, según MedlinePlus. En esta etapa, los riñones pueden perder parcial o completamente la capacidad de producir orina, y las personas pueden experimentar fatiga persistente, dolores de cabeza, náuseas, piel seca y pérdida de peso inexplicable. Los síntomas también son decoloración de la piel, sed excesiva, edema, calambres musculares y mal aliento. Algunas personas luchan con hemorragias nasales, discapacidad sexual, dificultad para dormir y entumecimiento y calambres.
Cuando los riñones están gravemente enfermos, los médicos pueden recomendar la extracción quirúrgica de ambos órganos, y el paciente recibe un riñón sano de un donante, señala Healthline. Dado que los riñones están disponibles a través de donantes vivos, el médico realiza estos trasplantes con más frecuencia que muchas otras cirugías en demanda. Los pacientes a los que se les recetó hemodiálisis generalmente reciben tratamiento tres veces por semana, y una máquina extrae cuidadosamente las partículas de desecho y recircula la sangre limpia al cuerpo. Una terapia alternativa, conocida como diálisis peritoneal, involucra inyecciones abdominales.