Los probióticos ayudan con el proceso digestivo al aumentar la cantidad de bacterias buenas en el colon, según Beth Orenstein para Everyday Health. Cuando esto ocurre, los alimentos se mueven a través del intestino y los resultados parecen diarrea, ya que las toxinas y los alimentos digeridos se excretan, explica la Asociación Americana de Gastroenterología.
Los probióticos reequilibran la relación entre bacterias buenas y bacterias malas en el intestino, señala el American College of Gastroenterology. Evitan que las toxinas y los subproductos de las bacterias malas salgan del colon y entren en el resto del cuerpo. La bacteria Lactobacillus casei Shirota, por ejemplo, es conocida por facilitar este proceso moviendo los alimentos a través del tracto digestivo y apoyando el sistema inmunológico, afirma la Asociación Americana de Gastroenterología. Ayuda a facilitar la descomposición y digestión de los alimentos no digeridos. Aunque puede parecer diarrea cuando el cuerpo excreta desechos después de que una persona toma probióticos, en realidad es el efecto de los probióticos haciendo su trabajo.
Normalmente, las bacterias, como Lactobacillus rhamnosus y Lactobacillus casei, alivian los síntomas de la diarrea causada por el rotavirus, las bacterias infecciosas, los virus y los parásitos, según la Asociación Americana de Gastroenterología. Varias cepas de la bacteria Lactobacillus y una cepa de la levadura Saccharomyces boulardii ayudan a tratar y acortar los síntomas causados por la diarrea infecciosa, como la diarrea del viajero causada por bacterias en los alimentos o el agua. Sin embargo, los probióticos también se usan para tratar otros problemas estomacales, como cólicos y gases, y han sido efectivos para tratar la enfermedad inflamatoria intestinal y el trastorno inflamatorio intestinal.