Los dientes se quiebran más fácilmente cuando el esmalte destinado a protegerlos se erosiona o se desgasta, según WebMD. El esmalte es lo que protege al diente de las abrasivas acciones de masticar, triturar y triturar.
Los refrescos y los jugos de frutas se encuentran entre los culpables más importantes del desgaste del esmalte, según WebMD. Estas bebidas contienen ácidos corrosivos que devoran el esmalte. Las dietas que son altas en azúcares y almidones también contribuyen al desgaste del esmalte. El flujo salival bajo es también un factor. Ciertas condiciones médicas, como el reflujo ácido y los problemas gastrointestinales, desempeñan una función, al igual que los medicamentos como la aspirina y los antihistamínicos.