En el cuerpo humano, los carbohidratos desempeñan una variedad de funciones importantes, que incluyen proporcionar energía, regular los niveles de glucosa en la sangre y ahorrar el uso de proteínas para el combustible corporal. Las células, tejidos y músculos del cuerpo requieren carbohidratos para su correcto funcionamiento. El cerebro y el sistema nervioso central también necesitan la síntesis de carbohidratos para obtener energía.
El proceso a través del cual el cuerpo obtiene los carbohidratos es a través de diferentes alimentos, como los granos y la pasta. Una vez que los alimentos de carbohidratos son digeridos, se convierten en glucosa, que pasa al torrente sanguíneo para que el cuerpo la use. La glucosa no utilizada se almacena como glucógeno en el hígado y los músculos hasta que se necesita.
Si la glucosa no está disponible para que la use el cuerpo, entonces las proteínas que se encuentran en los músculos se sintetizan para producir glucosa. Esto conduce a la destrucción del tejido muscular. Dado que el hígado y los músculos almacenan glucosa adicional en forma de glucógeno, esto evita que las proteínas en los músculos se sinteticen como fuentes de energía. Para evitar que los niveles de glucógeno sean demasiado bajos, es importante obtener suficientes carbohidratos a través de la dieta.
