En 1941, George W. Beadle y Edward L. Tatum utilizaron una especie de molde de pan como organismo modelo para demostrar que la hipótesis de "un gen, una enzima" era cierta. Su experimento Es vital para proporcionar una base molecular para la acción de los genes.
Beadle y Tatum irradiaron el molde para producir mutaciones genéticas. El molde de pan que utilizaron para su experimento, Neurospora crassa, solo tiene un único conjunto de cromosomas. Eso simplificó el proceso de ver los cambios genéticos en el trabajo. Normalmente, Neurospora crassa solo necesita azúcar, biotina y sales inorgánicas para crecer, pero algunas de las cepas mutadas necesitan arginina. Beadle y Tatum desarrollaron cuatro cepas que necesitaban arginina, un aminoácido que las cepas no mutadas podrían producir por sí mismas. Esto demostró que el daño por radiación había afectado a un gen específico, lo que hacía que una enzima fuera necesaria para la producción de arginina.